¿Es seguro poner a los recién nacidos en un saco de dormir?
En general, es seguro colocar a los recién nacidos en un saco de dormir siempre que elija el tipo correcto y usarlo correctamente. Los sacos de dormir para bebés están diseñados para mantener a los bebés calientes sin la necesidad de mantas sueltas, lo que puede representar un riesgo de asfixia o enredo. Al seleccionar un saco de dormir para un recién nacido, es importante asegurarse de que sea del tamaño correcto para que el bebé no pueda deslizarse dentro. Las aberturas del cuello y el brazo deben encajarse perfectamente para mantener la cabeza del bebé descubierta durante el sueño. Siempre revise la clasificación TOG, lo que indica el grosor del saco de dormir, para que coincida con la temperatura ambiente y evite el sobrecalentamiento.
Un saco de dormir liviano con una calificación baja de tog es ideal para entornos más cálidos, mientras que una opción más gruesa se puede usar en habitaciones más frías. Los bebés siempre deben colocarse de espaldas para dormir sobre un colchón firme y plano, sin otros artículos sueltos en la cuna, como juguetes, almohadas o mantas. Los padres también deben monitorear a su bebé en busca de signos de sobrecalentamiento, como sudar o piel enrojecida, y ajustar las capas de ropa debajo del saco de dormir en consecuencia. Para los recién nacidos muy jóvenes, los envoltores pueden ser una alternativa durante las primeras semanas si el bebé tiene un reflejo de sobresalto fuerte, pero una vez que muestran signos de volcarse, un saco de dormir es más seguro. Siguiendo estas pautas y eligiendo un saco de dormir diseñado específicamente para recién nacidos, los padres pueden crear un ambiente de sueño más seguro y cómodo para su bebé. Los sacos de dormir ayudan a reducir el riesgo de síndrome de muerte infantil repentina (SMSM) asegurando que los bebés duerman en una posición consistente y segura sin ropa de cama suelta.